El estrés no es del todo malo. De hecho, una cierta cantidad de estrés puede hacer que la vida sea interesante y atractiva. No podemos escapar de todos los plazos ni de todos los compromisos, por lo que, en lugar de intentar eliminar el estrés por completo, debemos manejarlo lo mejor posible. Curiosamente, si no tenemos suficiente estrés, podemos acabar sintiéndonos cansados.
Sería maravilloso si pudiéramos llegar a una fórmula matemática para el estrés, es decir, la cantidad de estrés que un individuo podría aceptar sin llegar a la exageración. Sin embargo, los niveles óptimos de estrés varían de una persona a otra y de una situación a otra. De hecho, una situación que puede erizarte la piel puede ser estimulante para otra persona. Del mismo modo, una persona que se nutre de los cambios constantes se estresaría en un trabajo monótono, mientras que un individuo que odia los cambios se estresaría en un puesto que está en constante estado de cambio. La gestión del estrés es un arte que se practica: no se puede esperar que se domine en un solo día. Sin embargo, si te mantienes en ello, lo más probable es que aprendas a manejar el estrés con eficacia.
Una de las primeras cosas que debes hacer es saber cuáles son tus principales factores de estrés. ¿Es cocinar la cena? ¿Preparar una presentación? ¿Conducir hasta el trabajo? Aunque no puedes eliminar necesariamente estas tareas, puede hacerlas más manejables. Por ejemplo, si cocinar la cena te estresa, considera la posibilidad de pedir comida para llevar una vez a la semana para descansar de tu rutina normal. Si la preparación de presentaciones es un problema, aprende a dividir el proyecto para centrarte sólo en una sección cada vez. Si tu viaje matutino te deja agotad@, intenta salir del trabajo quince minutos antes. La idea es reconocer los factores de estrés y proponer ideas para limitar su impacto.
A continuación, debes intentar, en la medida de lo posible, reducir tus reacciones emocionales a los factores de estrés. Puede que notes que los factores de estrés te hacen pensar de forma negativa, centrándote en los peores aspectos de la situación. En su lugar, considera los factores de estrés como una oportunidad para mejorar tu vida. Intenta determinar si estás reaccionando de forma exagerada ante determinadas situaciones. Es muy posible que todos los factores de estrés con los que te encuentres no sean urgentes, y que puedas tomarte tu tiempo para evaluar la situación y, por tanto, reducir tu nivel de estrés. Además, piensa que tienes el control de tus emociones. Aunque no puedas hacer nada ante una determinada situación, puedes controlar tus reacciones ante ella.
Además de identificar tus reacciones emocionales, es importante que prestes atención a tus reacciones físicas al estrés. Por ejemplo, adopta técnicas de respiración profunda para disminuir tu ritmo cardíaco. Si tus reacciones físicas al estrés son graves, debes consultar a tu médico para ver si debes medicarte. Sin embargo, una reacción sencilla al estrés es simplemente tomarse un descanso de la acción. De esta manera, puedes conseguir un valioso "tiempo a solas" para pensar en la situación y ver si puedes encontrar una solución.
Otra forma eficaz de combatir el estrés es fortalecer el cuerpo. Deberías realizar una actividad aeróbica al menos tres veces por semana. También debes asegurarte de que comes alimentos nutritivos. Intenta evitar estimulantes como el azúcar y la cafeína, y asegúrate de dormir lo suficiente cada noche. Estas sencillas estrategias pueden ayudarte a sobrellevar las situaciones que parecen abrumadoras.
Tienes que reconocer que el estrés es una parte inevitable de la vida. No puedes ir por la vida pasando de una situación a otra sin esperar encontrar algo de estrés. Sin embargo, con técnicas de gestión eficaces, puedes convertir las situaciones de estrés en oportunidades de crecimiento. Cuantas más estrategias invoques para afrontar los factores de estrés, más feliz y saludable serás. Pero recuerda que debes empezar poco a poco y aumentar tus reservas emocionales. Un enfoque gradual funciona mejor cuando se trata de la gestión del estrés; de lo contrario, podrías llegar a estresarte por la presión de todo ello.
¿A ti qué te ha ayudado a ir manejando el estrés que experimentas en tu día a día?
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