Puede parecer difícil de creer, pero los expertos afirman que tu personalidad puede causarte estrés. Hasta cierto punto, tu personalidad puede haber sido determinada al nacer. Sin embargo, hay ciertas características que puedes haber desarrollado a lo largo de los años y que ahora contribuyen a tu nivel de estrés. Aunque uno no puede cambiar su personalidad de la noche a la mañana, sí es posible cambiar ciertos hábitos que ahora pueden estar causándote estrés. Aquí comentamos alguna de ellas.
BAJA AUTOESTIMA
Para empezar, debería preguntarte si tienes una baja autoestima. ¿Te sientes como si fueras inferior a los demás? ¿Te reprendes constantemente por tus defectos? ¿Te consideras la suma de tus errores? Hay pruebas que sugieren que la baja autoestima puede provocar situaciones de estrés. El problema es que puedes estar estresándote innecesariamente. Por lo tanto, lo que tienes que hacer es empezar a mejorar tu autoestima. Esto empieza por poner fin a la "charla negativa" que se produce dentro de tu cabeza. En lugar de centrarte en tus debilidades, haz una lista de tus puntos fuertes. También puedes hacer una lista de tus principales logros. Te sorprenderá descubrir lo mucho que has conseguido. Cada vez que sientas el impulso de rebajarte, piensa en tus atributos. Esto debería servir para acabar con la letanía de tus fracasos que puedes estar repitiéndote a ti mismo.
EXCESO DE RESPONSABILIDAD
El estrés también puede ser el resultado de estar sobrecargado. ¿Asumes demasiado? ¿Te ocupas de demasiadas responsabilidades? Aunque hay ciertas responsabilidades en casa, en el trabajo y en la escuela que debemos llevar, a veces podemos estar sobrecargándonos. Haz una lista de tus principales responsabilidades y comprueba si hay alguna forma de reducir la lista. Puede que te sorprenda saber cuántas has asumido. Con un poco de planificación, tal vez puedas transferir algunas de tus responsabilidades a otros miembros de tu hogar o a tus compañeros de trabajo. Asegúrate de hablar con tu pareja y tu jefe si tu nivel de estrés parece estar fuera de control. Juntos, pueden trabajar en estrategias para reducir la cantidad de estrés que sientes.
SER CONTROLADOR(A)
Admitámoslo. Algunos de nosotros somos fanáticos del control. Sentimos que tenemos que controlar todos los detalles que están a nuestro alcance. Si tú perteneces a esta categoría de personas, puedes estar experimentando estrés debido a tu naturaleza controladora. También es posible que esta debilidad repercuta negativamente en tu vida personal, provocando un estrés adicional en tus relaciones. Para combatir esta tendencia, intenta practicar el viejo adagio: "Suelta y deja a Dios (o a tu Poder Superior)". Reconoce que hay ciertas cosas que simplemente están fuera de tu control. Cuanto antes reconozcas esto, mejor estarás y menos estrés sentirás.
PERFECCIONISMO
Otra causa principal de estrés es el miedo, especialmente el miedo a lo desconocido. Puedes tener miedo a cometer errores o a ser juzgado con dureza. Para contrarrestarlo, debes reconocer que todo el mundo comete errores, ¡incluso los jugadores de béisbol de las grandes ligas! También debes aprender a perdonarse a ti mismo por tus errores, de lo contrario, te estarás sometiendo a una enorme cantidad de estrés. Sigue el lema: haz lo mejor que puedas y deja que la naturaleza se encargue del resto. Intenta no agonizar por cada pequeña cosa. Además, aprende a superar el sentimiento de culpa por no ser perfecto(a). De lo contrario, es probable que tu nivel de estrés se dispare constantemente.
Tienes que darte cuenta de que reconocer tus defectos es la mitad de la batalla. Una vez que sepas en qué defectos personales tienes que trabajar, estarás en mejor posición para reducir tu estrés. Date cuenta de que te ha costado mucho tiempo desarrollar esos defectos de personalidad, así que puede que te lleve algún tiempo eliminarlos. En otras palabras, no esperes cambiar radicalmente tu personalidad en una semana. Sin embargo, con el debido empeño y trabajo, puedes modificar los aspectos de tu personalidad que te causan dolor. Una vez que elimines esos defectos, te sentirás con más energía, menos estresado(a) y más capaz de enfrentarte al mundo. Y es posible que tu presión arterial también disminuya.
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